Mindfulness y alimentación
El programa de Mindfulness y alimentación nos da herramientas para que podamos establecer una mejor relación con la comida, lo que nos ayudará a estabilizar el peso de forma natural y encontrar la felicidad y el gozo al comer.
Mis patrones de alimentación reflejan mi alma
La Alimentación Consciente llegó a mi vida en 2012, primero a través de un libro, después a través del maravilloso programa, ME-CL. Cuando encontré por primera vez esta práctica, sentí que había encontrado lo que estaba buscando y lo que ya estaba practicando de manera intuitiva. Fué como si alguien, por fin, hubiera entendido lo que yo estaba pasando en ese justo momento.
Toda mi vida había luchado con mi peso. Cuando era pequeña me decían que era muy delgada, después me decían que era muy gorda. Al parecer siempre había algo malo conmigo, o al menos así me decían y así lo creí.
Algunos meses antes de descubrir el libro Savor, había decidido dejar de criticarme y en lugar de eso, cuidarme realmente. Era hora de hacer las paces con mi cuerpo y mi espíritu. Así que empecé a saborear, pacífica y conscientemente, mientras comía. Traté de poner de lado todas las reglas sobre alimentación que conocía y dejar de preocuparme por mi peso. Para sorpresa mía, cuando hice esto, mi peso se estabilizó de forma natural y dejó de ocupar mi mente. Encontré felicidad al comer y vivir de esta manera.
Comer consciente no se volvió en otra dieta más, se convirtió en un espejo. Descubrí que todo cambia, que yo cambio y que también lo hace mi forma de comer. A veces hay más paz, a veces más prisa. La diferencia ahora es que ya no me critico cuando me doy cuenta de que estoy comiendo sin conciencia. En lugar de eso, convierto esos momentos en oportunidades para observar mi interior.
A través de la observación, ahora puedo ver y entender como mis patrones alimentarios reflejan los estados de mi mente y mi espíritu, un espejo. Entre más ansiosa me ponga, más rápido voy y más deprisa como. Y también, cuando mi peso fluctúa, estoy en paz con ello... En estas circunstancias observo como mi crítico interno tiende a subir su voz. Lo escucho, pero no caigo en su trampa. Lo veo, le doy un palmadita en la espalda y le agradezco el recordatorio. Entonces vuelvo a mi misma. Con una voz más amable, llevo la mirada a mi interior. Veo el dolor o la preocupación. Me recuerdo procurar estar más presente y recordar que todo es impermanente, también el sufrimiento.
La plena conciencia me ayuda a volver a mi centro para cuidarme mejor. Cuando me descubro metida en el ciclo de ansiedad, miedo o enojo y agarrada de mi bolsa de papas fritas, simplemente recuerdo que hay otras formas para lidiar con el estrés. Puedo salir a dar un paseo, descansar o tomar un baño. Abrazo a mis hijos y sí, le agradezco a mi cuerpo por estar ahí.
¿Te has pescado comiendo inconscientemnte cuando te sientes agobiada? ¿Qué puedes hacer, además de comer, para traerle paz a tu espíritu?
*Este artículo está escrito por Claudia Vega, México y compartido en la página Mindful Eating Concious Living pagina oficial del programa ME-CL de la que soy profesora autorizada para impartir el nivel 1.